Previamente, con la ayuda de los padres, se realizó una pequeña consulta acerca de los animales; con esta información los niños construyeron su pequeño conversatorio comentando las características más relevantes de su animal preferido, luego lo elaboraron en plastilina con la ayuda de su docente, esto con el fin de que la exposición fuera más agradable y que el niño pudiera mostrar con mayor seguridad su animal y se apoyara en este material para su intervención.
En esta actividad se evidenció una participación más organizada en los niños y niñas ya que se prepararon para el diálogo con sus compañeros sobre su animal favorito, también se observó que aún a algunos se les dificulta expresar sus ideas ante el grupo. Compartieron su experiencia y al realizar el pequeño conversatorio se evidenció de mejor manera la regulación del habla; no fue necesaria la intervención de la docente con tanta frecuencia.
Se denotó mayor motivación e interés por parte de los niños en participar y comentar ante sus compañeros el gusto que tienen por algunos animales en particular; de la misma manera demostraron interés por los animales de sus compañeros, lo que motivó a algunos a querer cambiar su animal por el que otro compañero había elegido, como también los cuidados que se deben tener para con nuestro planeta. Se observa más aceptación y ejecución de las normas para poder participar en la charla dirigida, desenvolviéndose de forma más natural a la hora de hacer sus comentarios.
De la misma manera, se hace evidente que la escucha ha mejorado significativamente en el grupo, sin embargo, aún algunos niños tienen dificultad para mantener el silencio o abstenerse de hacer comentarios entre sus compañeros más cercanos, lo que genera distracción para los otros niños.
Se mantienen algunos estudiantes que se destacan por ser participativos, su ansiedad por intervenir ocasiona que no respeten al compañero que está hablando, lo interrumpen haciendo comentarios complementarios; en algunos instantes, luego de mantener su mano en alto por un rato para pedir la palabra, hacen sonidos, saltan o pasan al frente para hacerse notar y que se les dé la palabra.
Igualmente se puede reconocer que los niños han avanzado en la explicación que dan con respecto a su animal favorito. Aunque las exposiciones son cortas, es importante destacar que tienen muy presentes características específicas de éstos, especialmente, aquellas que más les llaman la atención. Dilan Gómez, por ejemplo, expuso: “me gustan las pirañas ellas viven en cuevas y comen carne”.
Una de las actividades que los niños disfrutaron con mayor intensidad, fue trabajar con plastilina, gusto que se logró evidenciar al tratar de plasmar en este material a ese animal del que tanto han hablado. Fue muy interesante observar la manera como la mayoría de los niños representó a su animal, unos muy parecidos a la realidad y otros un tanto más abstractos.
Mario Gutiérrez- (tiburón en plastilina) |
Isabella Sotelo- (Anguila en plastilina) |
La implementación de esta actividad evidenció cómo los niños y niñas al utilizar la oralidad, como estrategia enriquecedora, pueden adquirir valores de responsabilidad como la conservación y cuidado del planeta. Además, es importante involucrar a los padres de familia en estimular actividades de esta índole, con el objetivo de lograr avances en el desarrollo de la oralidad y, a su vez, formarles en otros temas. Así, ellos adquieren valores de respeto al aceptar las opiniones de sus compañeros de inclusión, quienes, aunque no se expresan con claridad, son aceptados, respetados y escuchados.
[8] Fecha de implementación: Abril 2 de 2014