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martes, 8 de julio de 2014

ACTIVIDAD 3: Observo, escucho y opino… Aplicar los aspectos trabajados y reflexionar constantemente sobre la regulación del habla

Esta sesión inició con la explicación de que se vería una película y después todos podríamos hablar de lo que más nos gustó, lo que recordábamos y opinar sobre ello. La  sesión se realizó con un alto nivel de motivación por parte de los niños para asistir a la proyección de la película. Los niños observaron la película y a pesar que muchos ya conocían la temática lo hicieron de manera organizada y atenta.



Durante la primera actividad de indagación, en la que los niños contaban lo que recordaban acerca de la película, se evidenció un mejor orden en el salón, igualmente motivados por participar pero conservando las pautas de interacción acordadas.  Por otra parte, se continuó viendo que los niños en su afán por participar terminaban inventando en torno al tema, algunos confundieron la película y otros por el contrario la recordaban perfectamente.

Posteriormente, se dio paso al foro donde la docente, al iniciar, hizo un pequeño debate, realizando preguntas concretas y dejando que los niños expresaran  libremente su opinión y aportaran intervenciones de calidad en las que comentaban qué fue lo que más les gustó, qué no les gusto y cómo se sintieron viendo la película, así hicieron sus aportes frente a los personajes y las situaciones que vivieron.

En esta actividad se reflejan grandes avances en el proceso de oralidad, ya que su participación es ahora más activa, sus intervenciones son más complejas.  Durante este momento, los niños mantuvieron el orden a la hora de participar, estuvieron atentos a las intervenciones de sus demás compañeros.  Para cerrar la actividad se realizó un escrito en el  cual  se pidió a los niños que escribieran acerca de la película vista y realizaran un dibujo. 

Es importante resaltar que la actividad permitió que los niños hicieran sin temor sus aportes con respecto a un tema conocido, más no estudiado, con anterioridad. Para ellos fue relevante sentir que se les cedía la palabra, que eran escuchados por la docente y los demás compañeros; de esta manera, asumieron de forma asertiva el hecho de equivocarse.   Por otra parte, se evidenció su interés por participar activamente y desarrollar las actividades respetando las normas de interacción comunicacional, las cuales poco a poco se han ido interiorizando más en los niños.  

Sin embargo, es recomendable continuar con la regulación del tono de la voz, dado que algunos hablan de forma muy suave y baja y otros, por el contrario, gritan. Otro punto importante a trabajar en los niños fue lograr la ampliación del vocabulario y la capacidad de expresarse de forma más fluida y coherente, posibilitando realizar descripciones más detalladas de personajes y lugares, al igual que la  manifestación de sentimientos y emociones.

Al trabajar este aspecto de manera intencionada, como lo estamos haciendo, se fortalecen las condiciones para que el niño y la niña, como lo refieren Roa & Pérez (2014), se expresen frente a un grupo con seguridad y en condiciones óptimas para cumplir un propósito comunicativo. Queda claro que las posibilidades que el aula da a los niños y niñas de construir su voz se relacionarán directamente con su futuro desempeño en los grupos sociales de diversa índole con los que se enfrentará y le permitirá la participación como sujeto activo de su sociedad.



[4]  Fecha de implementación: Marzo 19 de 2014